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GEMA SIGILAR DEL TESORO DE GUARRAZAR

sábado, 24 de junio de 2017

NOVELA SOBRE EL TESORO DE GUARRAZAR

Hace ya prácticamente tres años, me embarqué (Pedro A. Alonso Revenga) en la realización de mi primera novela. Que se titula GUARRAZAR. EL TESORO ESCONDIDO que presentaremos en Guadamur el sábado 1 de julio en la biblioteca pública a las 21 horas.

                ¿Por qué una novela? La experiencia propia y ajena me está demostrando que llega más a la gente y en concreto la novela histórica es una forma amena de dar a conocer nuestra historia.
Tras largos años y entretenidos de investigación y también varios ensayos, narramos  en esta novela todo lo que hemos podido averiguar de aquellos sucesos ocurridos en Guadamur hace algo más de siglo y medio. Sucesos que el tiempo relegó al olvido pero que en su día estuvieron en boca de media Europa.

En  unas semanas, se podrá comprar en la web de la editorial CIRCULO ROJO y en Amazon bajo demanda. Y  por supuesto desde el 3 de julio en la librería Karita de Guadamur y en septiembre en las de Toledo.




miércoles, 21 de junio de 2017

EL CASTILLO SEGÚN PLANO Y ALZADOS DEL MONITEUR DES ARCHITECTES. (1853)

(Reproducimos en esta entrada , un articulo que publique en la revista EL ROLLO, nº38  año 2013 )

Larga es la historia  del castillo de Guadamur con sus cinco siglos y medio de existencia. En sus primeras décadas los constructores, la familia López de Ayala, que por esos años recibieron el título de Condes de Fuensalida(1470),  se aprovecharon del edificio, utilizándolo como refugio, en breves periodos, cuando las cosas le iban mal en Toledo, que para ese fin lo construyeron.
       Finalizado el siglo XV, marcado por guerras civiles entre la nobleza española, el castillo perdió su finalidad primigenia de defensa y se utilizó durante los siglos XVI y XVII como residencia de nobles, unas veces voluntaria, como lo hacían los propios  Condes de Fuensalida  sus propietarios,  en muy contadas ocasiones y otras veces sirvió de residencia forzosa de otros nobles, ya que también fue cárcel secreta de la Inquisición.
       En época de Felipe II el castillo conservaba sus armas antiguas y su alguacil o alcaide con su salario, que tenía cuidado de la fortaleza y también de  sus ilustres presos.
            En el siglo XVIII lo vemos ya desocupado y con cierto abandono, ya que, no tenía  alguacil que lo gobernase como había ocurrido hasta el siglo anterior. Los alcaldes de la fortaleza  durante el siglo XVI y parte del siglo XVII eran representantes del conde en el ayuntamiento de la localidad.

            En 1752, seguía estando cerrado, ya que en el Catastro del Marqués de la Ensenada que se realiza en Castilla, para la elaboración  de una contribución estatal única, no figura como habitado, ni tampoco en el padrón de familias que acompaña al catastro hay ninguna persona con relación directa con el castillo. Era su dueño  el  VII Marques de Estepa Don Juan Bautista Centurión Fernández Velasco que también era  XIV Conde de Fuensalida, al cual tributaban los vecinos de Guadamur.

            Sucinta y  más detallada información  la tenemos en 1788, en una descripción  que el cura de Guadamur y su ayudante o sacristán, envían a la corte de Carlos III, información requerida por el geógrafo del rey, Tomás López para hacer con estas informaciones, una Gran Geografía de España y de sus posesiones de Ultramar. Por muerte de su anterior propietario don Juan Bautista Centurión en 1785, había heredado el castillo, las tierras marquesados y condados su hermana María Luisa Manuela Antonia Teresa Francisca de Asís Centurión y Velasco, XV Condesa de Fuensalida  y VII Marquesa de Estepa.
            Además de los datos económicos de la villa y de su término, Don Juan José de Funes  y su ayudante, recorrieron el castillo y nos hacen una descripción muy detallada de cómo se encontraba en ese año. Abandonado y sin nadie que lo cuidase, se había empezado a deteriorar, sobre todo la barbacana  o muralla exterior, próxima al foso , cuyas almenas, cuando las tenia, estaban muy arruinadas.
 Queriendo aconsejar para que se diese al castillo alguna utilidad, finaliza su descripción con el siguiente consejo:
   
.......Un castillo de esta  clase  es una lástima no se repare, y se ponga el mayor cuidado para su conservación, lo cierto es que si lo van dejando vendrá con el tiempo a arruinarse, y ahora reparándolo, pudieran muchos vecinos habitarlo y estaría curioso y limpio

 Esa premonición de deterioro del castillo, se cumple y se incrementa por la acción humana, pues entre los años 1808 y 1812, el castillo es ocupado por un destacamento de caballería francés, en plena Guerra de la Independencia, que al tener que abandonarlo, en su retirada hacia el norte,  lo incendian e incluso vuelan el torreón norte de la barbacana, que les había servido de polvorín.


          El castillo y buena parte de las tierras del término de Guadamur , pertenecían  entonces por herencia a Don Bernardino Fernández de Velasco, Duque de Frias, Conde de Fuensalida,etc. Si bien las tierras  y  la casa de labor las tenía arrendadas a  medianos labradores de Guadamur, el castillo seguía abandonado y sin ninguna ocupación, por su marcado deterioro.


En torno a 1852, en periodo de su  mayor abandono  acertó a pasar por Guadamur  Don José María  Cuadrado, quien en su libro Recuerdos y Bellezas de España, nos habla así del castillo:
            “Cual novel caballero sin divisa en el escudo, bien que gentil y ricamente armado, gallardea en el oscuro pueblo de Guadamur , distante dos leguas al oeste de Toledo, un castillo cuya historia y pertenencia es al par desconocida, y cuyo origen alumbraron  los últimos años del siglo XV  o los primeros del  XVI. Sírvele como de peana un fuerte antemural , siguiendo en sus líneas  la planta del edificio: cuadrada perfectamente es esta , resaltando en las esquinas redondos torreones y en el centro de cada cortina un ángulo agudo hasta la altura del primer cuerpo , que ciñe una serie de modillones  sin matacanes  ni almenas; y del seno de estas partes avanzados suben los pequeños cubos, que incrustados en el segundo cuerpo  irguen su almenada  frente sobre el adarve superior. Al ángulo de poniente se arrima la gran torre cuadrilonga del homenaje, un tercio más alta y en su remate flanqueada de seis cubos, cuya repisa esmaltan cordones de bolas, tan usados en aquella época; pero allí también, no sabemos que bárbara mano, despojo  de su corona los modillones que la guarnecen. Por todos los muros  se notan esparcidos  los blasones de su ignorado dueño, abrense  pequeñas y numerosa ventanas   de arco achatado, el dintel sencillo y fuerte de la entrada aparece entre dos columnitas; y en medio de tal desnudez de adorno no es sorprendente la gracia y belleza del conjunto debida  a su  elegante y acicalada regularidad. Pero cuanto lozano y robusto se muestra en el exterior, otro tanto ofrece de ruinoso hacia dentro , hundidos los tres pisos de sus estancias , confundido el cuadrado patio con los salones sin techumbre , que por dos filas de arcos con él comunicaban, y sin embargo  revelando en las inscripciones de los frisos la piedad de sus moradores , y en su restos  de magnificencia el periodo de interior sosiego  en que ya los castillos se convertían en palacios. 
            En cita a pie de página  describe  los escudos que encuentra adosados  por  todo el castillo, diciendo que le parecen leones  con ocho aspas  a su derredor, lo que realmente son lobas. Al no ser experto heráldica ni en genealogía, no reconoce el escudo de los Ayala  constructores de la fortaleza.
            También describe los tres escudos de la puerta, sin reconocer  a sus dueños,   uno el descrito anteriormente y  los otros dos,  uno con barras diagonales, que hoy sabemos es de Castañeda y el otro con león rampante que es el de Silva.  Habla también en estas notas que,  repartidos por los salones hay trozos de frisos  con inscripciones de salmos y oraciones latinas.
En el zaguán  aún se conservaba  el salmo  CXXVI de la Biblia:

            Nisi Dominus custodierit civitaem , frusta vigilat qui custodit eam.
            Si el señor no custodia la ciudad, en vano vigilan los centinelas.

El castillo antes de su restauración decimonona.



            No sabemos que les motivó a los vecinos de Guadamur Don  José Guillermo Sánchez de Diego ,  Don Bonifacio Rodríguez  Sánchez  y a Don Ildefonso Bejerano Vázquez, vecino de Gálvez., a comprar el castillo en 1880  al descendiente de Don Bernardino Fernández Velasco  duque de Friás . Durante esos años,  estos tres vecinos alojan en él a pobres y necesitados. Siete años estuvo en manos de estos propietarios, sin embargo su deterioro era notable.
 En  el mes de mayo de 1887  D. Jerónimo López de Ayala y del Hierro Vizconde de Palazuelos   , descendiente también de los Ayala y yerno del Conde de Asalto, anima a éste a comprarlo para su restauración y  segunda vivienda. Don Ramón Morenés y Tord había nacido en la Nou del Gaya de la Provincia de Tarragona  en 1835. Fue  senador electo  en la cámara  alta por la provincia de Tarragona  en las legislaturas 1876-77, 1884-85 y 1891-93. Estaba casado con  doña María Fernanda García- Alessón y Pardo de Rivadeneyra , VI Condesa de Asalto de quien lleva el título.
D.Carlos Morenés y Tord


En el contrato de venta que se realiza  ante el notario Mauricio Sánchez Figueroa  con residencia en Polán, pero natural de Guadamur,  el 28 de mayo de 1887 ya se informa  a quien había pertenecido el castillo antes de 1880 y  del estado del castillo con las siguientes palabras:
Que al Excelentísimo Señor Duque de Frías le pertenecía en esta dicha Villa en pleno dominio un castillo ruinoso extramuros de la misma situado en el Cerro que llaman de la Natividad , compuesto de una Torre, plaza de armas y varias piezas todo ello en muy mal estado  y rodeado de murallas ignorándose la medida superficial que ocupa, que linda por los cuatro puntos cardinales con terrenos de varios de los vecinos y la Ermita de la Natividad.

La restauración obrada desde 1888  es muy concienzuda y documentada,  y  con acierto, no en balde Don Jerónimo era especialista en historia del arte  y  el conde un gran medievalista.
           Las recientes pesquisas  a través de Internet sobre Guadamur , van dando como resultado la aparición de documentos,  que nos muestran  nuevos datos históricos de nuestra localidad . En este caso fue Alejandro de la Fuente Escribano, que sondeando  en la casa de subastas  Ebay , localizó los  documentos que estudiamos en este artículo. Su adquisición por el incansable coleccionista de toda publicación relacionada con esta villa,  Jorge Gascón Rodríguez, al que agradecemos nos los haya  dejado reproducir, nos ha permitido hacer este pequeño artículo.
            Se trata de tres grabados procedentes de la revista francesa  Le Moniteur des architectes  editada en Paris entre los años 1847 y 1900 en tres etapas o épocas, en las que cambia su periodicidad.
             
            A manera de hipótesis y observando detenidamente las tres láminas de Le Moniteur des architectes parecen ser  los planos que se hacen del castillo para una restauración, ya que se representan también  en ellos,  modelos de celosías o balaustres para la barandas del patio que se habían perdido, yendo a parar a las casas que se construyen en la localidad a mediados del siglo XIX. También se plasman en estos alzados  recreaciones de partes del castillo que estaban desaparecidas. ¿Qué finalidad tuviron estos grabados?  Cada vez más nos acercamos a pensar que fueron un mero estudio destinado a su publicación en esta revista. Al menos se desconocen intentos de restaurar el castillo a mediados del XIX

Desde luego Don Carlos Morenés  y Tord, en  1853, es muy difícil que , tan tempranamente,  con 18 años, se interesara por el castillo. Lo que si es posible que en 1887 cuando lo compra conociera este estudio de restauración arquitectónica.


       Plano 441 Vol. 37.- Representa el alzado del castillo desde su cara de poniente con la inclusión de un corte o sección de la barbacana. Lo primero que nos llama la atención es  que en el alzado,  el arquitecto ha reconstruido las partes que le faltan al castillo dibujándolas tal y como cree que se ha de reconstruir. Corona  la torre  con un antepecho almenado sobre los modillones  o canecillos existentes  y rematando las escaraguaitas con un antepecho corrido sin almenas .
        A la cara norte de la torre adosa un edificio almenado, que se extiende desde las torrecillas del puente levadizo, hasta la propia pared norte de la torre del homenaje. El edificio está terrado y rematado con amenas. Esta construcción  , que vemos  medio arruinada en las antiguas fotografiás del castillo, era el cuerpo de guardia  que había que atravesar obligatoriamente, para entrar a la ronda del castillo y que había sufrido algunas modificaciones a los largo de los siglos XVI Y XVII. Su terraza servia de comunicación entre el primer piso de la torre del homenaje,  la armería en donde el Conde de Asalto ubicó también la sala de armas , hasta las defensas del puente levadizo.
            Sobre los modillones que recorren el castillo a media altura, el arquitecto,  dibuja las almenas para que se restauren, como las que tuvo que tener el castillo. Posiblemente estas  almenas fuesen labradas en piedra berroqueña, lo que facilitó que vecinos de Guadamur las reutilizaran en la construcción de  casas de la localidad.
       Adorna el muro del terrado del castillo con una serie de ventanas caladas  que no se llegaron  hacer.


Plano 442  Vol. 37.- Alzado del castillo desde su cara sureste, con corte además de la barbacana y del  propio castillo en donde se puede observar los distintas dependencias de este y la variedad de bóvedas  que lo sustentan , sucediéndose las bóvedas ojivales,  de medio punto y las mas atrevidas de arco rebajado . La ubicación de los vanos o ventanas no se corresponde con la actual  y es de suponer que el arquitecto las ubico con un mero carácter estético y el restaurador no lo respetó  y aumento  y consolidó los ventanales existentes.


Plano 443 Vol.37.- Este tercer y último plano del castillo publicado por A.Grim editor con domicilio en le Boulevard du Temple numero 72 , que imaginamos fuese el mismo del la revista , presenta la planta del castillo y el modelo de dos celosías para baranda.
            El detalle del plano, nos hace pensar que el arquitecto que lo levantó, tuvo que tomar medidas in situ  si bien , el relación con su planimetria actual tiene unos pequeñas diferencias ,  relacionadas con los accesos a la ronda del castillo y la entrada al zaguán..
            Nada más pasar el puente levadizo el arquitecto representa la planta del cuerpo de guardia , que se ubicaba entre el los torreones del puente y la torre del homenaje y que representa en el alzado 441.
Fotografía anterior a 1888, en la que se puede apreciar el cuerpo de guardia que existía entre el puente levadizo y la torre del homenaje, enmarcada por un alfiz se ve la puerta de medio punto que tuvo un rastrillo.


            ¿Que le llevó a Don Carlos Morenés y Tord a derruir y no reconstruir  dicho cuerpo de guardia?   Posiblemente , primeramente permitir la entrada de carros y carretas con materiales para la obra y  finalizada esta, permitirle la entrada de coches de caballos.


PEDRO ANTONIO ALONSO REVENGA

           

                

viernes, 2 de junio de 2017

LA LÁPIDA FUNERARIA DEL PRESBÍTERO CRISPIN.NUEVA REPRODUCCION DEL CENTRO DE INTERPRETACIÓN DEL TESORO DE GUARRAZAR

El Ayuntamiento de Guadamur siguiendo una política de incremento de los bienes museísticos de nuestra localidad,  ha adquirido la reproducción de la lápida del presbítero Crispín cuyo original encontrado en Guarrazar en las excavaciones de 1859, se encuentra hoy en día en el Museo Arqueológico Nacional.


          El artista y escultor que ha realizado la réplica ha sido Pedro Patiño Pérez, vecino y natural de Guadamur que se está especializando en relieves visigodos. Tras una ardua búsqueda de la pizarra que sirviera para efectuar la reproducción la encontró en Canteras Muñoz, de la Nava de Ricomalillo. El resultado, una acertada replica a la que se le han señalado también las lineas de fractura que tiene la original.

         Cuando a comienzos de 1859 divulgado por la prensa el descubrimiento del Tesoro de Guarrazar y su incorporación a las colecciones del Museo de Cluny, la Real Academia de la Historia comienza las investigaciones para examinar el sitio del descubrimiento con fines científicos pero a la vez jurídicos.

             El Gobierno de S. M. dispuso por Real Orden el 9 de Abril que se practicasen excavaciones exploratorias en las Huertas de Guarrazar, con intención de averiguar si había allí existido un antiguo templo cristiano u otro edificio sagrado , que sirviera como argumento para reclamar las coronas a Francia ya que entonces estaba prohibida la venta de objetos sagrados, procedentes de templos y cementerios.
   La comisión nombrada para realizar las excavaciones estaba formada por dos la Academia de la Historia  de Madrid  y uno del ministerio de Fomento .De Toledo , el gobernador civil y un representante de la Comisión Provincial de Monumentos que no se hicieron presentes, quizás dolidos por no haber considerado el ministerio la solicitud que había realizado la Comisión Provincial con antelación para realizar ella la excavación.

En el cuadro de J.M. Esquivel , Los poetas contemporáneos, están retratados  las autoridades culturales de Madrid que intervinieron o tuvieron relación con las excavaciones de Guarrazar,



Con gafas Aureliano Fernandez Guerra representante  de la Real Academia de la Historia.
Delante de el con perilla Pedro de Madrazo que acudió a las excavaciones a partir del día 25 de abril. 
 
José Amador de los Ríos , director.

 Fueron tan importantes estas,  que el propio ministro de fomento de la época D. Rafael de Bustos Castilla se personó en Guadamur para inaugurarlas.
D. Rafael de Bustos Castilla, Marques de Corvera y ministro de Fomento en aquellos años , se acercó a Guadamur para inaugurar las excavaciones en la Fuene de Guarrazar e intentar recuperar más coronas y otros objetos del tesoro que se rumoreaba poseían algunas personas en Guadamur.

         Antes de comenzar las excavaciones se encontraron un panorama desolador, debido a los repetidos expolios que se habían producido en el lugar desde que se tuvo noticia de que allí se había descubierto el famoso tesoro  visigodo.


JOSE AMADOR DE LOS RÍOS  académico , profesor y decano universitario que fue el director de las excavaciones, que junto con las de Itálica fueron  unas de las primeras  con carácter científico que se realizaron es España
El relato de los hechos fue como sigue: 

El 10 de Abril se desplaza la comisión presidida por el Ministro de Fomento Sr. Marqués de Corvera y dirigida por José Amador de los Ríos, comenzándose a excavar en los terrenos municipales en las inmediaciones de la fuente, sin obtener resultados positivos. Ese mismo día por las indicaciones de Francisco Morales (primer descubridor del tesoro) se empieza a trabajar dentro de las huertas, retirándose las piedras sueltas que había en superficie como consecuencia de los anteriores expolios.
 

El día 11 con las herramientas que se habían solicitado a Toledo se empieza a excavar en las huertas y se construye un lavadero al lado de la fuente, para cribar las arenas resultantes de la excavación. Los peones encargados de hacer la excavación fueron presos  con penas menores procedentes de Toledo, a los que se les redimió días de condena pro trabajar en ellas.

El día 12 se suspenden los trabajos por las lluvias. Es a partir del día 14 cuando las excavaciones dan como resultado la aparición de un pavimento de losas de granito, machones y un muro.
Tras varios días de excavación quedó definida la línea de un edificio incompleto como consecuencia del laboreo y el declive del terreno. 


Las excavaciones se suspenden desde el día 17 hasta el 25 de abril, el motivo,llegaba la Semana Santa. El mismo 25 domingo de resurrección  se reanudan nuevamente los trabajos en un hueco de uno de los muros ya descubiertos, dando como resultado la aparición de una gran losa de mármol de San Pablo de los Montes que resultó ser el umbral  de la puerta.
Pedro de Madrazo, joven academico  por entonces, acompañó a Jose Amador de los Rios en estos últimos días de excavación y junto con gentes de Guadamur, exploró el cerro de Guarrazar informando a su colega que también en el cerro había señales de  restos constructivos en el subsuelo.

 Al norte de esta descubren losas de arcilla cocida y a continuación al excavar al sur, apareció un pavimento de hormigón romano, definiéndose también las dimensiones de la estancia al encontrarse los muros laterales cuyo recinto no medía más de  2,74 x 4 m de extensión. El hormigón romano se extendía de muro a muro y en la zona central, algo más baja, se descubrió, tras retirar algunos sillares de granito, una gran losa de   pizarra de 1.75 m de larga por 0.72 m de ancha, que estaba fracturada a causa del derrumbe de los muros.
              El abandono del cementerio en el que estaba excavando  José Amador de los Ríos,  hubo de producirse durante la dominación musulmana,  cambiándose la utilidad de aquel cercado. No es de extrañar que en unas cuantas décadas  la parcela se cultivase y  que la capilla pasase a servir como vivienda.

      La ruina del edificio pudo ser producto del abandono y además de algún terremoto. Aunque la zona está muy alejada de un lugar colisión de dos placas tectónicas, eventualmente se pueden producir pequeños movimientos sísmicos. No tan pequeño tuvo que ser el producido en 1221, al  haber quedado testimonio histórico de sus daños.  Creemos que el derrumbe de los sillares  y dintel de la puerta sobre la lápida se pudo producir en esta época


 .........Como aconteció en la ciudad de Toledo, año de 1221, y se cayeron muchas casas y gran parte de los adarves,  causó mucho espanto, porque aquel lugar está fundado sobre peña, y en lo alto y muy lejos del mar.

Al extraerse para ser lavada en la fuente, la losa se partió del todo. La lápida cubría a su vez cuatro grandes losas de granito que al retirarse dejaron ver el esqueleto de un difunto.
Una vez lavada José Amador de los Ríos y su equipo pudieron ver la siguiente inscripción incompleta:






El texto que está incompleto debido a la rotura de la lápida, lo interpreta hoy Isabel Velázquez está escrito en latín antiguo y se trata de una composición poética con rima dividiéndose en tres partes:

Una primera donde la composición es más personal, Crispin habla en primera persona de sí mismo, e invita a mirar el lugar donde se encuentra enterrado como pecador en el final de su vida terrenal.   Además de los restos arqueológicos encontrados  que nos vienes a resaltar la importancia que tuvo que tener el lugar en ´poca visigodas esta parte de la inscripción relativamente olvidada desde 1859 en que se descubrE, nos avisa y nos pone en camino para  poder comprender  que fue  GUARRAZAR, o quizás mejor dicho SORBACES  en el siglo VII.

        Al invitar al que en el  futuro leyere su lapida, advierte

          FÍJATE EN EL LUGAR Y OBSERVA SUS ALREDEDORES
.................................   HE PREFERIDO POSEER SAGRADO.

    Nuestro modesto entender el lugar santuario mariano, bosque sagrado y manantial sagrado  pudo ser lugar de peregrinaje religioso en busca de su aguas sagradas en aquel siglo VII , que la llegada de los musulmanes y el tiempo hundirían en el olvido.


        La segunda parte es una copia del epitafio que el octogenario Rey visigodo Chindasvinto encargó al arzobispo Eugenio II de Toledo  dedicado a la reina Reciberga que murió a la edad de 22 años. Como el epitafio de Crispin se trata de una copia adaptada al  difunto que es un hombre  es necesario cambiar el género de femenino a masculino por lo que se rompe la secuencia métrica y se altera su composición.

Y en la tercera parte se añade el nombre del difunto, su cargo, presbítero, y la fecha de defunción.
Hay que destacar que está datada en la era hispana lo que supone restar 38 años a la fecha tallada en la lápida sería de la siguiente manera:


                        DCC XXXI             731 – 38 = 693 (era cristiana)

      La muerte y enterramiento del presbítero Crispín se produce en el sexto año del reinado de Egica (687-702).  Recesvinto murió en el 672 por lo que la inscripción es unos años posterior al conjunto del tesoro de Guarrazar.

La orientación de la tumba de Crispín corresponde a la más frecuente en esa época en Hispania Oeste-Este con el difunto mirando al Este al Sol Naciente con una clara finalidad simbólica.
El difunto mira al sol nacer cada día y está vigilante ya que según los profetas (Mateo 24-27 y Lucas 1, 78-79) por el oriente se ha de producir la venida de Cristo y el establecimiento de su reino la Parusia.

Por eso Crispín está expectante mirando al este, vigilante de la llegada de la llama voraz, para cuando se produzca la llegada de Cristo,  resucitar en la compañía de los santos a los cuales se había encomendado a su muerte, según dice su epitafio.

PARA CUANDO LA LLAMA VORAZ VINIERE A ENCENDER LA TIERRA…. (preliminar de la Parusia)



       Esta orientación se aplicaba también a los templos y otros  edificios litúrgicos, ya que Jesucristo había subido a los cielos por el Oriente y por allí vendrá. Misma orientación tenía la pequeña capilla cementerial o posible martyrium  excavado en 1859, hoy desaparecido o sin encontrar, ya que los planos de ubicación que elaboró Jerónimo de la Gándara están ilocalizables o destruidos .

La aparición de la tumba de Crispín en una capilla lateral nos puede hacer pensar que no fue el único enterramiento que pudo tener el edificio, por eso Jose Amador de los Rios nos habla que pudo ser un martyrium.

Jerónimo de la Gándara profesor de la Escuela de Arquitectura de Madrid levantó los planos de la excavación, desgraciadamente esos planos se han perdido  y podrían haber servido para despejar algunas dudas que se tienen hoy en día sobre la ubicación exacta de la capilla de Crispín.

                                                                        Pedro A. Alonso Revenga
                                                                        Ruth  Gelado
                                                                        Ruth Martin Villanueva   
BIBLIOGRAFIA BASICA 


Amador de los Ríos, José (1818-1878) 

Editorial: Madrid : Imprenta Nacional, 1861. 

  
 Alicia Perea  y otros(ed.)
El tesoro visigodo de Guarrazar 


Madrid : Ministerio de Ciencia y Tecnología [etc.] ; Ciudad Real : Universidad de Castilla-La Mancha, 2001.